Reciclemos el papel


Un modo divertido y eficaz de que los niños aprendan que si separamos los residuos de envases correctamente se pueden convertir en nuevos productos, es que ellos mismos reciclen. Y una de las formas más sencillas de hacerlo es con el papel. El papel reciclado casero resulta ideal para hacer sobres, envolver regalos o como base de un collage de flores secas. En clase, se puede hacer que cada niño traiga papeles de su casa (revistas antiguas, periódicos, papel de escritura o incluso envases cartón) y, entre todos, hacer un collage para decorar el aula. Resultará divertido y mientras tanto aprenderán la importancia de la separación y el reciclaje de envases.


¿Qué se necesita?

Agua: la cantidad dependerá del resultado que se busque (láminas más finas o más resistentes).

Papel: vale cualquier tipo, si se usan diferentes variedades y texturas el efecto será mucho más bonito.

Batidora: para triturar y mezclar el papel con el agua y conseguir la masa final. La licuadora que usamos para cocinar resulta suficiente.

Recipiente: un barreño de plástico, por ejemplo.

Bastidor: un marco de madera con una malla que se puede comprar o incluso hacer uno mismo. El tamaño determinará el de la hoja de papel y hay que tener en cuenta que tiene que caber dentro del recipiente.

Prensa: para conseguir una hoja lo más plana posible, durante el secado debemos mantenerla con presión. Bastará con unos libros pesados y unas láminas de plástico (o bolsas) para evitar que la humedad de la masa moje los tomos.

Trapo de algodón: tiene que ser de mayor tamaño que el bastidor.

¿Cómo hacerlo?

1. Cortar el papel en trozos muy pequeños. Si se mezclan distintos tipos, se conseguirá un producto más colorido. Hay que dejarlo en remojo al comienzo de la clase, durante el día anterior, hasta que el papel comience a tener consistencia de pasta. Si el agua está caliente, el tiempo de espera se reduce. Cambiar el agua a medida que el papel va soltando la tinta para que el color final sea más uniforme.

2. Triturar la mezcla en la batidora hasta conseguir una masa homogénea de textura suave y cremosa. Resulta conveniente hacerlo por tandas para desmenuzar los trozos bien. Puedes ir haciendo pasar a diferentes niños para que todos participen. No triturar demasiado tiempo las fibras de papel se rompen y el nuevo papel pierde resistencia.

Si se añaden tintes de color a la masa de papel, el producto final resultará más divertido.

3. Una vez tengamos la pulpa habrá que verterla de nuevo en el recipiente. Si está muy espesa, el resultado será parecido al cartón, por lo que se puede añadir agua dependiendo del efecto que se busque. Introducir el bastidor en esta pasta consiguiendo que se deposite en la malla la cantidad suficiente para cubrir toda la superficie. El grosor de la capa determinará el del papel final.
Se pueden conseguir diferentes efectos añadiendo tela, lana, especies, flores… antes de pasar a secar el papel en el bastidor. Todo dependerá de la creatividad de los alumnos y del uso final que se le quiera dar.

4. Con la malla cubierta de la pasta de papel, sacarla del barreño y dejar que escurra el agua sobrante. Cuando comience a secarse por la pérdida del líquido, volcar con mucho cuidado sobre una tela de algodón.

5. Para terminar, el papel tiene que secarse completamente. Utilizar los libros para hacer presión y conseguir así que la superficie sea más lisa. Dejarlo secándose al final de la clase y estará listo al día siguiente.

6. En la siguiente clase, separar el papel y el trapo con mucha delicadeza, para que las partes que puedan estar pegadas no se rompan. Nos podemos ayudar con una espátula si es necesario.

7. Una vez hecho esto, se puede hacer que cada niño ponga su nombre y lo cuelgue en la pared de la clase como recuerdo de la actividad que todos habéis hecho juntos.

Aquí podrás encontrar un material que explica didácticamente todo el ciclo del papel

http://www.amarilloverdeyazul.com

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